En diciembre de 2023 se cumplió un año desde que se publicó en el BOE la ley conocida como “Ley de startups”. Y oficialmente como “Ley de fomento del ecosistema de empresas emergentes”.
Que como su nombre indica, tenía como objetivo favorecer el ecosistema emprendedor. Eliminando trabas y otros problemas, añadiendo diferentes medidas y ventajas, incentivos y facilidades… Con el objetivo de atraer talento, de atraer inversión y de fomentar el emprendimiento.
Un año después de ponerse en marcha, ¿qué ha cambiado y con que balance nos quedamos?
Que esta iniciativa ha sido una gran noticia para el emprendimiento español, es evidente, y están de acuerdo la mayoría de emprendedores y empresarios.
El proyecto va en buena dirección, siendo además primeriza y dando así un paso importante. La ley ha tenido incluso reconocimiento internacional de países como Francia y Dinamarca. Varios expertos, como emprendedores, inversores y después en el sistema político; aseguran que, gracias a esta norma, se ha reconocido aún más, en España, que hay que impulsar el desarrollo de empresas tecnológicas e innovadoras.
Un año después, se han presentado unas 1.100 empresas y han sido certificadas unas 600 startups. Esta cifra de startups se queda bastante corta, teniendo en cuenta que se calcula que hay entre 11.000 y 35.000 startups. Aun así, se espera un aumento a lo largo de este segundo año con la ley.
Y es que, las expectativas con esta ley, era que, al impulsar y fomentar el emprendimiento, surgieran así miles de pequeñas empresas. Algo que, de momento, no ha ocurrido.
Sin embargo, otro dato relevante son los visados para emprendedores extranjeros, ya que se han expedido unos 700.
ASPECTOS POR MEJORAR
Después del primer año en marcha para la ley, los emprendedores y empresarios elogian la iniciativa, pero también señalan algunos fallos y mejoras que la ley necesita.
- Uno de estos fallos, es que, para poder acreditarse como startup, la empresa ha de tener máximo 5 años de vida (o 7 en algunos casos). Y es que dicen que el plazo es escaso.
- Otro fallo para reconsiderar; que sea obligatorio adquirir un 5% de la empresa para recibir algunos incentivos.
- Otro punto para mejorar sería no pedir que las startups tuvieran que pagar impuestos en el proceso. Sino hasta que empiecen a ingresar.
Pero uno de los errores más relevantes y quizás más preocupante, es la complejidad administrativa. Y es que los trámites administrativos siguen siendo complicados y demasiado largos, según los emprendedores. Esto reduce los beneficios de la ley, ya que querían minimizar la burocracia y por el momento, no se ha conseguido.
Además, y más bien como mejora para considerar en un futuro, se cree que sería necesario adaptar la normativa a cada comunidad autónoma. Puesto que cada una tiene su propio micro ecosistema empresarial, innovador y científico.
Por ahora, la norma no ha conseguido resolver varios de los grandes problemas, como por ejemplo, el largo período desde que se empieza el proceso hasta que por fin se puede operar.
Aun así, muchos emprendedores, consideran que lo más difícil ya está hecho, que era conseguir una ley en común. Ahora es el momento de ver cómo se va desarrollando con el tiempo y la práctica, y ver que se debe mejorar.
Pero sí que ha supuesto un importante punto de partida. Aunque necesite ser corregida y perfeccionarla para evitar que esta gran oportunidad no se pierda, va en buen camino.
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Fuente: La razón, El periódico de España, ACCELGROW
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